Avisamos de que este relato es PORNOSO y BL. No nos echéis culpa de pervertiros ¬¬
La
temperatura del ambiente subió. Los finos charcos de agua que
cubrían la superficie del baño se evaporaron casi al mismo
instante. Antes de que se convirtieran totalmente en vapor de agua,
una silueta masculina se reflejó en su superficie.
Masculina,
sí; pero no humana... al menos no del todo.
Jack
caminaba deprisa, con el pulso latiéndole aceleradamente, y la vena
que le cruzaba la frente palpitante. Su pecho se agitaba rápidamente,
subiendo y bajando, de manera rítmica. Demasiado deprisa, parecía
que su corazón se le saldría del pecho en cualquier momento.
Se
quitó la ropa con rapidez, sin preocuparse por dónde caía su
camisa y sus pantalones. En pocos segundos, el suelo estaba cubierto
por diferentes telas, que los humanos terrestres usaban de ropajes.
Jack
se metió en la ducha, no sin antes golpearse un par de veces contra
la mampara, dado que el enfado que sentía no le permitía aguzar sus
sentidos. Ajustó la temperatura, poniendo el agua todo lo fría que
los reguladores se lo permitían. En pocos segundos, una lluvia de
gotas de agua de un frío sobrenatural le envolvía, enfriando su
cuerpo, ya caliente por naturaleza.
Los
ojos del Jack buscaron su esponja por todas las baldas. Primero
encontró una rosa, la que usaba Victoria para ducharse; Jack no pudo
evitar enrojecer al pensar que ese mismo mullido objeto frotaba el
desnudo cuerpo de Victoria diariamente... La siguiente, de un color
azul oscuro con algunos tonos violetas, pertenecía a Shail, el mago
de la Resistencia, el maestro de Victoria. A su derecha había una
esponja de color rojo... El joven frunció el ceño.
Era
la de Alsan.
Alsan,
la persona con la que Jack había discutido hacía unos escasos
minutos, la persona que había provocado tal enfado en él. Pero, a
la vez, Alsan, su mejor amigo.
Hasta
hace unos minutos estaban ambos en el entrenamiento, luchando,
preparándose para futuras batallas. Alsan, con sus dotes de alumno
ejemplar de Nurgon, venció a Jack; una y otra vez, sin ninguna clase
de piedad ni comprensión. El joven rubio no llegaba a entender a qué
se debía el extraño comportamiento de su amigo y maestro, nunca ha
sido alguien demasiado alegre, pero tampoco ha sido así... Estaba
enfadado, sí. Y Jack no sabía por qué estar más molesto, si
porque Alsan no le contase el motivo de su estado de humor, o por
haberlo pagado con él.
Las
manos de Jack se crisparon, como garras, aferrándose a su esponja de
color amarillo. Sacudió la cabeza, intentando que sus pensamientos
de disipasen, y concentrarse únicamente en desprender de su cuerpo
el notable olor a sudor y cansancio.
Toc,
toc.
Jack
cerró los ojos y frotó su piel con más garbo, pensando que sólo
se lo había imaginado.
-Jack,
ábreme-la voz de Alsan sonó tras la puerta, algo distorsionada
debido al tabique que los separaba a ambos y que los oídos de Jack
estaban casi ensordecidos por el murmullo del agua que resbalaba por
todo su cuerpo.
-¡Alsan,
vete!-gruñó el joven frunciendo el ceño, preguntándose por qué
había tenido que venir, tanto a disculparse como a seguir con la
discusión, en ese preciso instante; en el único rato que Jack
poseía para librarse del estrés que la Resistencia le provocaba.
-Jack,
déjame pasar.
-¡No!-ladró,
haciendo un esfuerzo para que su voz se oyese por encima del sonido
del agua. Los oídos del joven rubio pudieron distinguir algunas
palabras malsonantes en idhuniaco tras la puerta.
-Chico,
quiero pedirte perdón, vale, sí, me he pasado.
-¡Perdonado!
Ahora vete.
La
puerta se abrió de golpe, abierta por una fuerza digna de un
caballero de Nurgon. A Jack le dio tiempo justo para agarrar una
toalla al azar y rodear su cintura con ella.
-¡Alsan!
-Quería
hablar contigo... Jack-musitó, cada vez con menos fuerzas en la voz,
mientras observaba el cuerpo de Jack.
Jamás
habría imaginado un cuerpo así bajo las animadas camisas de colores
vivos y fogosos que lucía el chico. No había esperado un torso
normal, con excesiva falta de peso; se lo había esperado normal,
quizá con una complexión algo más fuerte que lo normal en su edad.
Pero no... Así. Con los abdominales marcados y los brazos gruesos,
con grandes bíceps.
-Bueno,
vale, ahora que has pasado, dime al menos por qué te has enfadado de
esa manera.
-Porque
es frustrante-murmuró, tan débilmente que Jack tuvo que inclinarse.
-¿El
qué?-preguntó, no pensaba dar su brazo a torcer.
-Desear
a un pupilo.
Jack
abrió los ojos, recapacitando esas palabras y sus posibles
significados... aunque sólo encontraba uno medio lógico... ¿Alsan?
El príncipe Alsan de Vanissar, hijo del rey Brun, alumno de la
escuela de caballería de Nurgon ¿lo deseaba? ¿A él? No le
encontraba demasiado sentido.
El
joven príncipe extinguió el escaso metro que les separaba a ambos,
mientras comía con la mirada ansiosa el cuerpo del chaval.
-Es
difícil... mucho-ambos se quedaron en frente, pese a que Jack le
llegaba hasta la altura del pecho- Verte crecer, convertirte en un
hombre, ser tu maestro. Desearte en cada entrenamiento, ver cómo se
tensan tus músculos... demasiado.
Jack
fue a hablar, pero los labios de Alsan tomaron posesión de los
suyos. Al principio fue un beso suave, tanteando el terreno. Para
sorpresa del joven príncipe, fue Jack quien lo volvió más
pasional.
-Gracias
a dios... pensaba que era el único que sentía algo entre nosotros
dos-murmuró el humano terrestre, separándose un par de centímetros
de los labios de su maestro.
Por
una milésima de segundo, Alsan de Vanissar pareció titubear, fue
tan rápido el momento que el joven dragón creyó nunca haberlo
visto. ¿La razón…? Alsan se aferró a su cuerpo con necesidad y
pasión, tanta que Jack se estremeció. Lo que empezó con un suave
abrazo, acabó juntando sus labios y lenguas, saboreando y
deleitándose mutuamente.
-
A-al… Alsan… - murmuró el chico, mientras bajaba por su cuello.
Pero
el príncipe hacía oídos sordos; puede que lo escuchase, puede que
lo ignorase… pero estaba centrado en otra cosa. Jack acabó
rindiéndose ante los labios de Alsan, y colocó sus brazos alrededor
de su cuello.
El
maestro notó el movimiento de su alumno, y algo más tarde acabaron
tumbados en el frío suelo del aseo. Jack cogió el rostro de Alsan,
y el príncipe pudo ver rubor e inseguridad, sin embargo, junto en un
apasionado beso sus labios. Una extraña y desconocida sensación les
recorrió el cuerpo a ambos, aunque hicieron lo posible por
ignorarlo… ambos estaban demasiado ocupados.
Con
un impulso del que Jack no supo la procedencia, encontró el pecho de
Alsan, y comenzó a lamerlo, bajando con agobiante lentitud. Un
gemido salió de la boca del maestro, quien se tapó la boca,
sonrojado y ligeramente avergonzado. ¿Era esto una forma de actuar
para un caballero de Nurgon? Era… ¿una conducta propia para un
futuro rey, para el príncipe heredero?
De
pronto, se avergonzó de sí mismo. Con una voluntad casi
sobrehumana, se apartó del joven. Jack se quedó de piedra; ¿por
qué se había apartado? ¿Había… había echo algo mal?
-
Lo lamento, Jack – sorprendió de pronto Alsan, jadeando y sudoroso
-. Esto… - no sé dejó acabar, intentó salir de la sala, pero
tropezó con la puerta de madera que él mismo había derribado.
Cuando
quiso volverse a levantar, su pupilo estaba encima de él, mirándolo
con cara amable y soñadora.
-
Sé que… esto es raro – dijo el chico – pero, yo… - se mordió
el labio inferior, sin saber como continuar.
El
joven no supo expresarlo con palabras, pero había otros métodos
para decirlo. Apoyó la mano en el pecho del maestro y le empujó
para abajo, uniendo sus bocas por el camino. Aquel deseo de tener a
Jack para él incrementó, y con pasión, Alsan abrió la boca del
chico, rozando su lengua con la suya. Un sonido gutural salió de la
garganta de Jack, quien tuvo que sujetarse al duro cuerpo de Alsan
para no caer.
Antes
de que se diese cuenta, la toalla que cubría a Jack se había
esfumado, y Alsan no tardó en deshacerse de lo suyos: su pupilo se
los quitó, prácticamente se los arrancó con los dientes, hasta que
solo quedaron dos cuerpos desnudos, uno en frente el otro.
-Estás
sudoroso-comentó Jack, contemplando el esculpido cuerpo de Alsan,
tras horas y horas de duros entrenamientos-. Creo que ambos
necesitamos una ducha.
Alsan
sonrió maliciosamente. Nunca había visto a su alumno tan pícaro y
deseoso... Pero le gustaba ese nuevo Jack. Y ese nuevo Jack, no podía
negar que le ponía a cien.
El
cuerpo de Alsan fue arrastrado hasta la ducha, en ningún momento se
separaron sus labios. Las lenguas de ambos jóvenes jugaban en su
boca, batallando, como siempre, intentando dominarse entre ellos.
Ambos
eran una combinación explosiva. Poder y majestuosidad. Fuego y
realeza. Grandeza y nobleza. Se complementaban, se necesitaban,
demasiado.
El
agua comenzó a resbalar por los cuerpos de los jóvenes,
deslizándose por sus músculos, mojando su excitable piel. Pero no
pudo apagar el fuego del dragón ni el deseo del príncipe. Sus
cuerpos necesitaban más, no les bastaba con los besos y caricias.
Necesitaban fusionarse, como un forjador de espadas necesitaba el
fuego para el metal de la espada. Y, exactamente, eso era lo que
querían ambos.
Meter
la espada en el fuego.
Con
un rápido movimiento, Alsan colocó a Jack contra la mampara. El
joven dragón se sentía incómodo, necesitaba más libertad. Se
sentía agobiado en aquella ducha, demasiado pequeña contra Yandrak.
Además... su notable erección chocaba contra la pared de la ducha,
y rogaba por que alguien le prestase atención.
Alsan
notaba la situación en la que su pupilo se encontraba. Así que
decidió darle prioridad a sus necesidades, ya se encargaría de
satisfacer las suyas después. Deslizó su mano por los abdominales
de Jack, recorriendo sus músculos con las yemas de los dedos, en una
suave y ardiente caricia. Se quemó literalmente con el fuego del
dragón, pero no apartó la mano en ningún momento. Siguió bajando,
hasta encontrarse con la entrepierna del muchacho.
-Al...
Alsan... por los dioses-gimió Jack al notar las expertas manos de su
maestro masajeando su palpitante miembro.
Los
gemidos de Jack eran música para los oídos de Alsan. Pasaron unos
minutos así, hasta que al muchacho le empezaron a fallar las
rodillas. Ahora sí, era el turno de Alsan.
Con
una estocada precisa, digna del más impecable caballero de Nurgon,
entró en Jack. Metió la espada en el fuego. El joven muchacho
sintió una oleada cargada de gozo, dolor y deseo. Su cabeza le daba
vueltas, era la primera vez que entregaba su físico en un amor, y
sobre todo de esa manera... No obstante, aunque estuviese agotado, no
quería que acabase.
Cuando
Jack se hubo acostumbrado a aquella sensación de... falta de vacío,
Alsan empezó a mover sus caderas, de una manera rítmica y
constante. A los pocos minutos, las energías de Jack fallaron del
todo y cayó al suelo. El príncipe también estaba agotado, pero no
tanto como su pupilo. Entonces, Jack se preguntó si también había
sido la primera vez para el príncipe. No podía ser así, se notaba
que no le faltaba experiencia... Y, por una vez, Jack sintió unos
terribles celos.
Sus
miradas se encontraron, y comprendieron muchas cosas, muchísimas. Y,
entre ellas, una destacaba: esa, no iba a ser la última vez.
Los personajes no nos pertenecen a nosotros, son propiedad de la autora Laura Gallego García
Anya al ordenador~
ResponderEliminarError 404 demasiada sangre perdida not found.
*o* MOTHER OF GOD, I Lov iu, Poks y Tiaria *O*
Viva la pornosidad, me he muerto, desear a un pupilo, Alsan violale! ¬u¬ EKRKNVBTBOMSC
Me desangro, dew *^*
Oinsh, que mona xD
EliminarY nosotras te amamos a ti *3* xD
Mas bien Jack violable xD Omggg.... grrr ¬///////¬
Hay madre...esta historieta casi me mata..definitivamente..después de leer cualquiera de estas historias necesito una ducha fría..XD Jajjaa..A ver si me para el sangradoXD jajjajaja
ResponderEliminarDios...juro que ha quedado genial..casi me da algo cuando dijo que era frustante..OMG¡¡¡ Dios..de verdad que os ha quedado genial XD jejejeje
Nos alegramos de que te guste^^ xD Pues dúchate con estos dos ;)
EliminarMás mono él ;_; xD Gracias^^
Poksita..no me tientes...que yo no pongo reparos en ducharme con esos dos..XD jajaja
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